Algo de mi camino...
Me considero una mujer positiva, curiosa, buscadora del sentido de la vida y de la sabiduría que se esconde en la Naturaleza, desde la observación de la flor más pequeña, hasta la inmensidad del cielo estrellado.
Durante 30 años me he dedicado al asesoramiento contable y fiscal de empresas, a la vez que iniciaba mi propio camino de autoconocimiento a través de la Gestalt, Bioenergética y Eneagrama, con la que considero ha sido mi maestra, Carmentxu Janin. Mi deseo de conocerme y de profundizar en mí, se ha alimentado de cursos, experiencias y aprendizajes de diversas materias que siempre puse en práctica conmigo misma: Bioneuroemoción, Programa SAT de la Fundación Claudio Naranjo, Técnicas de Autocuidado, Tarot evolutivo, las 7 Leyes Universales, Astrología, Rueda Medicinal… y un largo etcétera.
Tengo que reconocer que esta búsqueda es alimento para mi alma y se ha transformado en mi forma de vivir.
Deseo agradecer a todas las personas que han estado en mi vida y a las que están, ya que sin ellas, sin su presencia, hoy no seria la misma.
Honro especialmente a mis ancestras, a su fuerza y coraje, a mi madre, mi padre y a mis amadas hijas.
Todo está en movimiento constante. Si tú te transformas, todo a tu alrededor cambia.
Comencé a estudiar astrología en la escuela IFAIV de Pamplona, he realizado los cursos I y II de Astrología infantil en Astroterapéutica y otros cursos astrológicos en escuelas que ofrecieran una mirada más evolutiva y terapéutica. Finalmente llegué a la formación de Astrología Chamánica y Evolutiva de Carpa Lunar, donde sentí que se fundía el conocimiento astrológico con otras disciplinas como la somática o sistémica. Este estudio puso el foco en la observación del cuerpo, de mi energía, de la espiritualidad y todo al servicio de la evolución personal.
Sentí que a través de esta mirada astrológica había encontrado el canal para compartir y devolver al tejido lo cultivado y recibido en todos estos años.
Así que este es mi deseo, mi visión, acompañar amorosamente a las personas, alentarles al descubrimiento propio a través del relato que traen sus estrellas. Poner al servicio la medicina de su propio mandala, que aportará comprensión y compasión para el camino.
Es un regalo sentir la vibración del corazón al observar las estrellas y su mensaje.
Bienvenida, bienvenido a tu Universo.